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miércoles, 9 de septiembre de 2009
Acceso al agua, un derecho humano
Juan Luis Ysern de Arce, Obispo emérito de Ancud.

"Chile asiste hoy a la multiplicación de los conflictos por agua, sea entre comunidades o economías locales y grandes emprendimientos productivos...... La disponibilidad del agua dulce es dispar en Chile. En el norte, la concentración de la propiedad de este recurso en las empresas mineras y la contaminación del agua con desechos de este sector dañan a comunidades rurales e indígenas entre las regiones de Arica y Parinacota y Coquimbo. Al centro-sur del país el conflicto es por el uso intensivo de agua para agricultura industrial y la contaminación de cuencas hídricas en manos de empresas forestales, de celulosa y mineras. En el sur, agobia la concentración de la propiedad del agua en grandes empresas generadoras de energía. Así vemos cómo se levantan, con justa razón, múltiples gritos de protesta social frente a una legislación que 'concede' derechos de agua sin 'reconocer' ni respetar derechos existentes en las comunidades que las usan y sin atender a las prioridades vitales que deberían definir la gestión de los recursos hídricos a lo largo del territorio. La posesión o el uso de un objeto en forma pacífica por mucho tiempo y más aún, por tiempo inmemorial, generan derechos que deben ser reconocidos. No hacerlo y 'concederlos' a personas o entidades privadas es un despojo, un robo, que se hace a quienes siempre son poseedores pacíficos del derecho. Esto, no por concesión de la ley, sino por derecho inherente a la vida." Diario La Nación Domingo, (Chile) semana del 23 al 29 de agosto de 2009.

¿Hablar por hablar? ¿Vale a estas alturas la denuncia? ¿No es ya demasiado tarde para solamente denunciar? Si la Iglesia Católica tuviera la voluntad ya habría tomado acción. Las palabras del Papa Benedicto XVI, citadas en el artículo, aparecen revestidas de inoperante tibieza y lugar común: 'El acaparamiento de los recursos, especialmente del agua,
puede provocar graves conflictos entre las poblaciones afectadas.'
El artículo del Obispo emérito de Ancud, con muy buenas intenciones, sin duda, dice que la Iglesia Católica asume la misión de promover una nueva cultura del agua... (para esto) 'nuestro primer paso será unir a amplios representantes de la sociedad civil organizada en un seminario internacional sobre el agua para llevar el mensaje del Papa Benedicto XVI a cada uno de nuestros hermanos.' Yo creo que mientras se organiza el Seminario - lo que llevará tiempo - que mientras se convenzan los representantes de la sociedad civil de la importancia que el agua tiene para cada criatura viviente y de la urgentísima necesidad de parar el latrocinio del agua para enriquecerse de un modo u otro, se podría
comenzar ahora a educar desde el púlpito, desde las escuelas, desde qué sé yo, desde los bomberos y los scouts. Les aseguro que mientras los representantes de la sociedad civil estén comenzando a tomar la calculadora para investigar cuántas ganancias les recorta el respeto por el agua y por el derecho de las comunidades a hacer uso de ella como ha venido siendo desde hace siglos, las personas educadas desde el púlpito ya habrán aprendido a ahorrar agua en sus hogares, en sus escuelas y en cualquier parte donde se desarrollen sus vidas.
 
Publicado por teresa de jesus a las 17:26 | Permalink | 0 Comentarios (¡Comenta Aquí!)