¡¡Pero cómo puede ser!!
Las puertas del metro van a cerrarse. Un tipo corre y trata de meterse. Viene con un vaso de café caliente en una mano. La puerta lo atrapa a mitad del cuerpo. El individuo procura salir retrocediendo. La mano sosteniendo el vaso queda atascada. El hombre tironea. Mano y vaso están atascados, atascados, atascados. Revienta el vaso ¡¡pum!! Salta el café sobre el piso, sobre una maleta y encima de un muchacho que lleva una carta la que queda ni les cuento cómo. La estupefacción de los pasajeros no cede.... y les pregunto ¿cómo puede ser? ¿Y si hubiera estado el metro atestado de gente como suele ocurrir? ¿A ver si alguien opina a quién le cabe responsabilidad en esto? ¿Al descriteriado que intenta ingresar al tren con un café caliente? ¿A los guardias que permiten que esto ocurra? A ver, anímense, opinen.
"La tierra cuyas luces Dios enciende
luce sus espejos y diademas"
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Desembolsémonos ¡AHORA YA!
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lunes, 14 de julio de 2008
Tere,
Yo ni siquiera sabía que estaba permitido ingresar con alimentos al Metro. No se me habría ocurrido hacerlo. Pero claro, en este país ocurren las cosas más descriteriadas, como dice ud, así es que no sé porqué me sorprende.
Ahora, ¿a quién le cabe la responsabilidad? Según yo, a todos. Al inteligente que entra al metro con café; al guardia que lo vio y lo dejó pasar; a los pasajeros que, probablemente y como buenos y tímidos chilenos se tragaron sus comentarios; a la gerencia del metro que no hace campañas que digan "no ingrese con alimentos" o qué sé yo...pero recién estamos aprendiendo a "dejar bajar antes de abordar el tren". Paciencia, ¿no?
Saludos,
Isidora.